El Colegio Providencia de Linares conmemoró el Jueves Santo con una ceremonia especial dirigida por nuestro capellán, padre Juan Pinto, y organizada por el departamento de pastoral. Esta significativa jornada contó con la participación de toda la comunidad educativa, marcando un momento de reflexión y espiritualidad para estudiantes, docentes y asistentes de educación.
La ceremonia se dividió en dos instancias principales, adaptadas a las distintas edades de las estudiantes. En primer lugar, las alumnas de los cursos más pequeños, desde pre-kínder hasta sexto año básico, se reunieron para participar en las actividades preparadas para ellas. Luego, las estudiantes de séptimo básico a cuarto año medio tuvieron su momento especial en esta conmemoración.
Durante ambas ceremonias, el padre Juan Pinto realizó la tradicional bendición del pan y la uva, símbolos importantes en la liturgia del Jueves Santo. Cada curso tuvo la oportunidad de compartir estos elementos en un momento de comunión dentro de sus propias salas, fortaleciendo los lazos de fraternidad y espiritualidad entre las estudiantes.
Una vez finalizada la jornada lectiva, se llevó a cabo una instancia de reflexión y bendición del pan y la uva para los funcionarios del colegio. Directivos, administrativos, profesores y asistentes de educación se unieron en esta celebración, reafirmando el compromiso de la comunidad educativa con los valores cristianos y la unidad en la fe.
Finalmente, para culminar la jornada de Jueves Santo, nuestra comunidad providencia, como es tradición, se reunieron en la Catedral de nuestra ciudad de Linares para ser partícipes de la adoración al santísimo. Como familia Providencia tuvimos la posibilidad de acompañar a Jesús y reflexionar sobre los sacrificios de amor que realiza constantemente por cada uno de nosotros, lo cual es al mismo tiempo un llamado a vivir la fe en comunidad, integrando a “otros” en el camino de la esperanza y reconciliación.
Esta conmemoración del Jueves Santo en el Colegio Providencia de Linares no solo fue un momento de reflexión y oración, sino también una oportunidad para fortalecer los vínculos comunitarios y renovar el compromiso con los valores cristianos que guían la educación en nuestra institución.
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